Somos
una comunidad renovada en la fuerza y poder del Espíritu
Santo. Anunciamos el Sermón de la montaña, (Mt
5-6-7) y el Mandato Misionero: “Vayan y Evangelicen
a todas las gentes de todas las naciones…” (Mt
28-20).
Estamos fundamentados en Jesucristo como único Señor
y salvador y honramos a María como madre nuestra y
madre de la iglesia. Nuestro alimento principal la Eucaristía
y el estudio, meditación y vivencia de la Palabra de
Dios dentro de una vivencia comunitaria.